Por fin pudimos abrirnos paso entre la maleza de ascenso al Tajo Negro para quitarnos la espina clavada que teníamos desde el mes de marzo del año pasado. Esta vez no hubo niebla y el contorno de África, pese a la bruma marina, se definía a la perfección, también el Peñón de Gibraltary el Monte Gurugú... Cima curiosa esta del Tajo Negro que pocas personas conocen. Mientras la ruta este de la Cruz de Juanar estaba atestada (llegamos a contra una veintena de personas ascendiendo y descendiendo), la cima del Tajo Negro era para nuestro disfrute exclusivo. Desde las alturas vimos el pueblo de Ojén, el Torrecilla, Sierra Nevada (nevada) y creímos distinguir La Maroma. Aperitivos, agua y refrescos, charlas amistosas, descanso y descenso hasta Casa Antonia para recuperar las fuerzas (sobre todos los más aguerridos y las más aguerridas que optaron por ascender desde la Churrería Er Mojaíto...). En fin, una delicia de paseo en la que dimos la bienvenida a cuatro senderistas que decidieron acompañarnos por primera vez y esperemos que por muchas más.
Fotos de Israel y de Miguel (esperamos que lleguen las demás para incluirlas en el álbum....)
